por el rostro del espacio,
cae lánguidamente,
dando sentido al movimiento.
Al movimiento de sus piernas
que avanzaron por inercia
para despedirla y no volver a verla.
La lágrima la seca un dedo frío,
al levantar la mirada, miedo.
La parca paró el reloj,
las pupilas abandonaron el brillo.
Y por primera vez, verdadera soledad,
y por primera vez, auténtica intimidad.
Tiempo, espacio, movimiento por Germán Peña Moruno se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported.
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